lunes, 1 de septiembre de 2008

El diverso mundo de Fatih Akin

Antes era considerado un talentoso director de origen turco, hoy es reconocido como uno de los mejores directores alemanes de nuestro tiempo. Hace cuatro años sorprendió al mundo con su película Contra la pared (Gegen die Wand, 2004), después nos mostró otra cara de la capital de la cultura turca con su documental Cruzando el puente: los sonidos de Estambul (Crossing the Bridge: The Sound of Istanbul, 2005) y finalmente se consolidó con su último largometraje Al otro lado (Auf der anderen Seite, 2007).

Pero empecemos por el principio. Fatih Akin nació en el seno de una familia de inmigrantes turcos en 1973 en Hamburgo, Alemania. Desde 1994 combinó la actuación y la dirección de escena. Después de realizar algunos cortometrajes y actuar en algunas series de televisión, en el año 2002 estrena su primer largometraje, Solino, por el que recibe tres premios de la academia alemana de cine.

Fue en el 2004 cuando sorprendió a toda Europa con Contra la pared, la cual no sólo recibió los mayores elogios, sino que además gano 23 premios en distintos festivales, entre ellos el de mejor película europea del año, tanto en la categoría del premio del público como del jurado, así como el Oso de Oro de Berlín. La primera película alemana que lo ganaba en 17 años.

Contra la pared es la historia de la unión de dos soledades sin dejar de serlo, es la historia de un amor que no puede ser por la propia voluntad de los protagonistas, es la historia de la bipolaridad de nacer turco en Alemania y no conocer Turquía, es la historia de un fin y, por lo tanto, de un principio. Y todo contado de forma rápida, vertiginosa, apoyada en una banda sonora trepidante que daría más frutos un años más tarde.




Durante el rodaje de la película, Alexander Hacke, compositor de la música de Contra la pared, tuvo la oportunidad de conocer, y enamorarse, de Estambul y su música. De este flechazo nació el documental Cruzando el puente: los sonidos de Estambul, en el cual Hacke se dedica a recorrer la ciudad en busca de músicos callejeros, hip hoperos, kurdos que finalmente pueden cantar en su idioma, músicos tradicionales y estrellas de la balada y el pop turco. El documental no sólo permite conocer los diferentes tipos de música que se crea hoy en día en Estambul, sino que también nos presenta sus diferentes rostros, desde las barriadas, hasta los bares de lujo, desde los garages hasta los estudio de grabación.




Al otro lado, el último filme de Fatih Akin, más allá de repetir el éxito en festivales y entregas de premios, lo consolidó como uno de los mejores directores europeos. A diferencia de Contra la pared, donde el conflicto de la inmigración turca en Alemania se observa de lado, aquí es parte central de la historia, pero sin juicios o reproches. Además es una película mucho más lenta, aunque no deja de ser dura y a ratos contundente: la muerte de una madre turca en Alemania repercute en la muerte de una hija alemana en una barriada turca, todo unido por el fino hilo de la coincidencia.




En una entrevista concedida al El País Semanal, Akin afirmaba que sus dos últimos largometrajes de ficción hacen parte de una trilogía: el amor, la muerte y el mal. Del último tema todavía no hay argumento. Actualmente el director filma un nuevo documental sobre una de las barriadas más pobres de Estambul y del desalojo al que se enfrentan sus vecinos. Cuando termine, volverá a los estudios de su productora Corazón Internacional en la lujosa Hamburgo. Ahí continuará con la creación de esa nueva historia que seguramente nos mostrará esos mundos tan diferentes y a la vez unidos por el ingenio de Fatih Akin.

1 comentario:

ZAS dijo...

Habría que agregar que la esposa de Fatih es mexicana y que tal vez por eso, su productora tiene nombre en español. Mejor dicho: todo un cosmopolita, en el mejor sentido de la palabra.