jueves, 4 de diciembre de 2008

Un curioso mito llamado Bolaño

Cuando todos los seguidores de Roberto Bolaño creían que 2666 era su última obra, aparece el agente literario Andrew Wylie y se saca de la chistera una obra inédita que lleva por título El Tercer Reich.

La aparición de este manuscrito alimenta una vez más el mito del escritor chileno. Bolaño puede ser comparado con esos grandes pintores que tuvieron un tibio reconocimiento en vida y un gran éxito después de muertos. En México, antes del 2003, año de su fallecimiento, Bolaño era apenas conocido. En España sus libros se venden a buen ritmo desde ese año a diferencia de 1996, cuando Jorge Herralde, editor de Anagrama, le publicó por primera vez una novela, Estrella distante, de la cual apenas se vendieron 951 ejemplares*. Entonces, ¿de qué manera Bolaño se convirtió en un mito?

Lo prematuro de su muerte puede ser un motivo. Contaba con apenas 50 años y estaba en el mejor momento de su carrera literaria. Otro factor, pero en este caso dentro de su obra, son los protagonistas de sus historias: escritores, críticos literarios o gente que tiene que ver directamente con la literatura. Tal vez esta sea la razón por la que decenas de escritores, en especial jóvenes, sean sus principales seguidores. Como es el caso de un joven autor ecuatoriano que realizó una antología de cuentos latinoamericanos y quien aseguró en una conferencia que eligió a algunos de ellos por tener un estilo muy parecido al de de Bolaño. También está el caso de una novel escritora colombiana, quien dijo en un taller que a Bolaño lo consideraba un “verdadero escritor latinoamericano”, porque dejaba de lado los “regionalismos” y tenía una visión más “universal”, pues ubicaba a sus personajes, que no son necesariamente latinos, en otros países. Lo curioso es que también admiraba a John Kennedy Toole, quien no dejó que su conocido personaje Ignatius Reily saliera de Nueva Orleans.

La obra de Bolaño en sí destaca por una magnífica limpieza en su redacción y una prolífica imaginación. Esta cualidad se observa en sus obras más determinantes Los detectives salvajes y 2666, pues en ellas relata una historia que sirve de punto de coincidencia de muchas otras. Tal vez pudo haber publicado estos relatos por separado, pero por alguna razón no lo hizo. Quizá quería imponer un estilo de novela, pero esto lo devaluaría, pues no sería un autor original, pues ese recurso ya había sido utilizado anteriormente, como por ejemplo Víctor Hugo en Los miserables.

En una conversación, no hace mucho tiempo, un joven autor peruano dijo que el mito de Bolaño nace de su enorme compromiso con la literatura y al impacto que había causado entre los escritores su novela Los detectives salvajes, pues era “rabiosamente autobiográfica”. Independientemente de que lo sea o no, en general, en las novelas de Bolaño encontramos elementos comunes que nos muestran cosas que le angustiaban. Por ejemplo, es común que muestre en sus historias la forma de manutención de sus personajes, como si de esta manera éstos ya no tuvieran más que preocuparse por lo que les sucedía. También tenía un gusto personal por mostrar estereotipos de los diferentes países que conocía, como Chile, México y los de Europa Occidental. Claro ejemplo de ello aparece en un pasaje de 2666 cuando relata que un par de críticos literarios, uno francés y otro español, le hacen el amor a una crítica inglesa. Ambos logran complacerla con el mismo ímpetu, sólo que el francés en una sesión larga, mientras que el español necesitaba dos o tres orgasmos para conseguirlo.

Pero más allá de su obra, Bolaño sigue alimentando el mito a través de lo que sucede con sus libros después de fallecido. Primero fue la publicación de 2666 de forma póstuma, la cual recibió importantes premios, como el de los libreros de España o el Salambó. Ahora aparece El Tercer Reich, pero no es sólo eso, sino que de la mano de Andrew Wylie, lo que significa el final de la relación con la agencia de Carmen Balcells, quien en una conversación con Jorge Herralde, publicada en la revista Vanity Fair de noviembre de 2008, confiesa que es algo que le ha enfadado bastante. Por ahora no se sabe qué razones tuvo Carolina López, viuda de Bolaño, para tomar esta decisión. En estos momentos sólo se sabe que Wylie ya estuvo en Barcelona para hablar con Herralde sobre la gestión sobre los derechos de la obra de Bolaño**.

El mito de Bolaño ha llegado a tal grado, que incluso sus principales seguidores lo encuentran en todo lo que se escribe en la actualidad: en un chat organizado por el diario español El País desde la Feria del Libro de Guadalajara, el escritor mexicano Juan Villoro tuvo que responder en un par de ocasiones que su última obra, El libro salvaje, no tenía nada que ver con Bolaño, ni con la obra de éste. Como si la palabra ‘salvaje’ ya fuera propiedad exclusiva de la obra del chileno.

Parece que Bolaño se ha convertido en un personaje de sus libros: un escritor un tanto desconocido y que se mantiene vigente gracias a nuevos descubrimientos en su obra, lo que alimenta el mito en sus seguidores, como es el caso de Benno Von Archimboldi en 2666. Sin duda, el mejor libro de Roberto Bolaño es el que escribió con su vida.

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* El Periódico de Catalunya. “Wylie visita Barcelona para negociar el legado de Bolaño”. 17 de noviembre de 2008.

viernes, 21 de noviembre de 2008

El eterno aprendiz

El periodismo es una profesión distinta. A diferencia de las demás, el ser periodista requiere de una disposición a la apertura de diversos temas. La cultura general de un periodista es su principal herramienta, pues de ella depende que una nota o un reportaje cuenten con una mirada inteligente.

Un periodista que no está interesado en un tema, no es periodista. El oficio requiere de gente curiosa, interesada en todos los hechos que van construyendo el mundo en todos sus aspectos. Debe ser una persona que logre encontrar ese difícil equilibrio entre ver los hechos, interpretarlos y saberlos expresar a través de su medio.

Decía el periodista y escritor Ryszard Kapuscinski que los periodistas deben cruzar constantemente las fronteras, pero no sólo las físicas, sino también las del pensamiento e ideológicas. Ante este reto, el periodista se convierte en un aprendiz eterno, donde cada día debe especializarse en su profesión.



La materia prima del periodista es todo lo que le rodea. Es cierto que los diarios, la televisión e incluso la radio buscan darle un orden a ese caos que es la realidad dividiendo el periódico o los noticieros en secciones, e intentan, en algunos casos, que los reporteros cubran una fuente en especial. No obstante, la circunstancia de cada medio puede obligar a que los periodistas cubran fuentes distintas.

Los periodistas no deben dejarse llevar por la idea de que existen temas más importantes que otros. Un periodista que trabaja en espectáculos, cultura o deportes no es menos importante de otro que cubre la fuente política. Lo fundamental es que cualquiera esté preparado y dispuesto a cubrir cualquiera de ellas.

Al final, los periodistas somos seres extraños: realizamos acciones básicas, escribimos o hablamos. Intentamos saber de todo un poco. Somos eternos aprendices.

RECOMENDACIÓN: Para conocer la realidad de los periodistas migrantes lea http://espacio-goliarda.blogspot.com/2008/11/radiografa.html

viernes, 7 de noviembre de 2008

El precio de la noticia

El 11 de marzo de 2004 Madrid sufrió uno de los mayores atentados de su historia. En aquel momento, la versión Web del diario español El País permitía el acceso a sus noticias sólo a sus suscriptores, sin embargo, ante la gravedad de los acontecimientos, el periódico decidió abrir sus páginas a todos los lectores. Poco tiempo después los directivos de la publicación eliminaron los candados y dejaron que todos los internautas navegaran con total libertad.

El periódico REFORMA de la Ciudad de México, uno de los más importantes e influyentes del país, cuenta en la actualidad con un sistema de cobro para ingresar a sus noticias. El pasado 4 de noviembre de 2008 el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, falleció al caer su avión sobre una zona residencial de la Ciudad de México. En el suceso murieron 14 personas y decenas más quedaron heridas.

La importancia de la noticia ameritaba un tratamiento diferente a un día cualquiera, no obstante, el periódico mexicano no cambió un ápice su estrategia comercial. En ningún momento permitió acceder a los lectores, que no son sus clientes, a las diferentes noticias que se publicaban en tiempo real, ni a ninguna otra de aquel día.

En los últimos años del siglo pasado el internet se convirtió en el mayor medio de comunicación a nivel global, con permiso de la televisión. Fue entonces cuando los diarios vieron en la nueva tecnología a un aliado, pero también a un enemigo. Un aliado porque les daba la oportunidad de competir con la inmediatez de la televisión. Un enemigo porque había la posibilidad de que ellos mismos terminaran con el medio en papel. Este miedo motivó a los grandes periódicos del mundo a cobrar por leer sus contenidos en internet. Le Monde, El País, The Washington Post y finalmente REFORMA fueron algunos de los que se sumaron a esta estrategia.

Varias fueron las razones por las cuales estos diarios volvieron a abrir sus páginas en la red a todos los internautas. Por ejemplo, en el caso de Le Monde se debió a una profunda reestructuración a todos los niveles y que culminó en sólo cobrar por ediciones o contenidos especiales. El País, después del 11 de marzo, decidió dar otros incentivos a sus suscriptores. Y así, paulatinamente, a mediados de la primera década del Siglo XXI todos los periódicos ya habían abierto sus contenidos en la red, a excepción de REFORMA.

Más allá de las diferentes razones que pudieron tener los diarios para dejar de cobrar por ver sus contenidos, esa decisión demostró una doble confianza: en los lectores y en el diario en sí. Comprendieron que el internet era un medio tan distinto como lo es la radio de la televisión, y que contaba con unas características específicas que les permitía presentar en diversas formas la información que ya estaba contenida en el papel. El internet era un complemento del periódico en papel, el cual sigue siendo la piedra donde se sostienen todos los diarios más importantes del mundo, sin importar si caen las ventas. Los periódicos saben que siempre habrá lectores, llámenlos tradicionales o clásicos, que siempre volverán a una esquina a comprar el periódico. O llegarán sucesos extraordinarios que aumenten las ventas, como por ejemplo las filas en Estados Unidos por comprar el diario con la portada del triunfo de Barak Obama en las elecciones presidenciales.

México es un país de pocos lectores. Puede ser una razón, pero no tiene el peso suficiente para que REFORMA no haya abierto sus páginas el día de la muerte de Mouriño, o que dos días después del hecho hayan dado libre acceso al video con el discurso del Presidente Felipe Calderón ensalzando las cualidades del Secretario fallecido, pero había que pagar para ver otro donde se presentaban las grabaciones de la caja negra. Periodísticamente el segundo era de mayor interés que el primero.

De cualquier forma no se entiende cómo REFORMA sigue una política que en estos momentos podemos llamar anticuada. Puede ser que desea mantener sólo lectores de una cierta posición socioeconómica, aquellos que pueden pagar una suscripción, pero esta razón implicaría un olvido absoluto de los principios sociales del periodismo.

Tal vez en un tiempo no muy lejano REFORMA vuelva a tener la confianza en sí mismo, como la tuvo en sus inicios y que lo catapultaron como uno de los principales diarios de América Latina. Pero al día de hoy sus noticias (en internet) todavía tienen un precio.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Las letras abiertas de América Latina

Cada vez que un autor joven latinoamericano da una conferencia o concede una entrevista es común que afirme dos cosas: que los escritores contemporáneos de la región ya no tienen nada que ver con el llamado Boom y que no han formado ni pertenecen a ningún grupo literario o generación.

Ambas afirmaciones las sustentan con el argumento de la existencia de un llamado ‘espíritu universal’ que rodea a los nóveles autores latinos, lo que los convierte en escritores camaleónicos, independientes uno de otro, capaces de relatar historias en cualquier parte del mundo y con personajes que ya no son latinoamericanos. La escritora cubana Wendy Guerra dice “heredamos la literatura de los años sesenta de nuestros padres. Reconstruimos con nuestra ‘filosofía barata y zapatos de goma’ a los pensadores alemanes, a sabios de Oriente, a los clásicos, los grafitos de los metros, la mítica popular. Cada quien arma un puzle de sus referentes y necesidades”.

Aunque esta visión universal está más que comprobada en distintas obras publicadas en los últimos 10 años, se corre el riesgo de caer en un cierto desdén hacia la literatura realizada a mediados del Siglo XX y que fue la que abrió las puertas hacia nuevos lectores, en especial europeos, los cuales se sumergieron por primera vez en los relatos de aquellas tierras, en muchos casos todavía desconocidas para ellos. Lo que hicieron autores como Carlos Fuentes, García Márquez o Vargas Llosa, fue exactamente lo mismo que hicieron Faulkner o John Kennedy Toole: relatar a partir del entorno que les rodeaba, sin la necesidad de hacer cruzar el mundo entero a sus personajes para que su literatura sea considerada universal.

Por desgracia, en el ámbito editorial europeo, especialmente el español, aún existe la idea de que lo único que puede vender un escritor latinoamericano en el Viejo Continente es ‘Realismo Mágico’, lo cual es un error al observar la calidad de las obras realizadas en años recientes, además de la gran variedad de temas que tocan cada una de ellas. Por este motivo es comprensible que los nuevos autores latinoamericanos supliquen que ya no sean comparados con los escritores de antaño y les den la oportunidad de mostrar esta nueva visión latinoamericana.

De esta manera, la literatura latinoamericana se ha tenido que abrir un hueco en el mundo casi a codazos. Por un lado, un mundo que parece que sigue (o quiere seguir) viendo a América Latina como una región salvaje y rural, mientras los jóvenes escritores latinos piden a gritos que se tomen en cuenta sus obras que nada tienen que ver con aquello. Finalmente parece que los latinoamericanos seguimos condenados (y tal vez obsesionados) con la falta de una identidad propia.

Tal vez la solución es demostrar que los modelos no existen, que todo es un proceso. Que las letras latinoamericanas de hoy realizaron un camino que inició hace muchos años en las tierras de los dictadores de Asturias y Carpentier, que continuaron su andar por Macondo, pasando luego por la región más transparente, hasta cruzar toda el continente desde el sur hasta llegar al extremo norte o cruzaron el Atlántico en busca de nuevos horizontes. Y así, la literatura latinoamericana, tanto la ‘regionalista’ de antaño como la ‘global’ de hoy, es tan universal como cualquier otra del mundo.

viernes, 10 de octubre de 2008

Cultura de temporada

Se acabó el verano y el verano en España es distinto. El calor aprieta, la gente se destapa, los negocios cierran y en el ambiente vuela un aroma a vacaciones con el que no se puede vivir en una oficina. Otro hábito veraniego es que los periódicos cambien su formato o incluyan un suplemento especial cada día. En el caso del El País lleva el nombre de Revista de Verano, el novísimo diario Público lo denominó Libre, el del catalán El Periódico simplemente se llama Verano.

Entre las características de estos suplementos destaca la carga de contenido cultural que presentan: reseñas de libros y exposiciones, críticas literarias, crónicas y columnas realizadas por plumas reconocidas, y en prácticamente todos se publican relatos, ya sea de escritores consolidados o jóvenes o de completos desconocidos.

Cada verano, a pesar del calor y de los ríos de turistas, comprar un periódico es todo un placer. Los diarios vuelven a ser lo que fueron en alguna época, no sólo un medio de comunicación dedicado a informar sobre hechos de actualidad, sino que también se convierten en una vía para que la cultura llegue a la calle.

Por desgracia, los directivos de los periódicos siguen considerando a los lectores unos idiotas en materia cultural. Aseguran que no incluyen más contenido cultural porque, en primer lugar, nadie lo lee y, en segundo, porque nadie lo patrocina. Y es cierto. Porque las secciones culturales en cualquier época del año suelen ser aburridas y tediosas y, por lo tanto, difíciles de ofrecer a aquellos que pudieran incluir un anuncio en ellas.

¿No sería conveniente eliminar este tipo de secciones culturales y transformarlas a un formato parecido al de los suplementos de verano? ¿No se conseguirían así más patrocinios y todos saldríamos ganando? Lo curioso es saber si estas interrogantes se las han realizado los jefes de los diarios. Y si es así, ¿por qué su respuesta ha sido negativa?

En el caso concreto de España todo hace suponer que desde los diarios se piensa que sólo en el verano se puede estar interesado en la cultura. Tal vez porque consideran que, al ser temporada vacacional, la gente tendrá más tiempo para dedicarse al ocio. Y es ahí donde encontramos un error: la cultura no es sólo ocio. Los lectores son inteligentes, pues siempre que exista una crónica, una reseña, una columna, un relato interesante o ameno, incluso una buena crítica literaria o una recomendación de un libro o exposición, siempre habrá unos ojos que buscarán un tiempo para leer.

Por ahora, la cultura seguirá siendo de temporada. Habrá que esperar todo un año para comenzar a recoger las letras de la cosecha del próximo verano.

miércoles, 1 de octubre de 2008

68

Desde hace meses pensaba escribir algo sobre el 68, pero cada vez que lo intentaba lo único que surgía era un texto académico y aburrido que nada tenía que ver con este año mítico.

Ante esta situación he decidido escribir estas pocas líneas donde quiero expresar mi fascinación y mi admiración por aquellos jóvenes que levantaron la voz. Jóvenes que nunca habían vivido una guerra, quisieron hacer una revolución, pero no como las de antes, sino una donde prevaleciera la inteligencia del corazón: con sueños e imaginación. Ese fue el motor de su efervescencia y, tal vez, la causa de su propio fin.



Estoy convencido que hechos como los de 1968 no volverán repetirse con la misma naturalidad y frescura. Pero es importante seguir manteniendo vivo tanto el recuerdo como el espíritu de aquellos días. No olvidemos a aquellos jóvenes de México, París y Praga que levantaron la voz ante el autoritarismo, el despotismo y el totalitarismo que cada día se hace más patente en estos tiempos con otros rostros y otras máscaras.

Mucha tinta se ha derramado este año, en que se conmemora el 40 aniversario, para analizar los movimientos sociales de 1968. No ha habido una conclusión rotunda sobre si fue un año de victorias o de derrotas. Nadie ha sabido responder por qué todos aquellos hechos se sucedieron en un solo año y sin tener nada que ver uno con el otro.



Lo cierto es que no existieron logros políticos reales, pero el mundo cambió después del año 68. Los jóvenes comenzaron a ser parte de la sociedad; las universidades comenzaron a ser vistas como viveros de gente con ideas (y llevarlas a cabo), así que empezaron a ser consideradas peligrosas (¿cuántos políticos en el mundo suelen visitar universidades?); la mujer inició el camino hacia una liberación que hasta el día de hoy no ha culminado; el arte enloqueció y la moda enloquecía.

Un recuerdo para todos aquellos jóvenes que marcharon, por todos los que levantaron la voz, por aquellos que retaron a la autoridad, por los que soñaron y terminaron viviendo y por todos aquellos que cayeron.



El 68, verdaderamente, no se olvida.

P.D. Este 2 de octubre todos con el corazón en Tlatelolco.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Lorca y la crisis, o de cómo la dignidad no es negocio

Dos noticias se entrecruzaron en las últimas semanas. Por un lado, en España, el juez Baltasar Garzón, aquel que quiso juzgar a Pinochet y logró apenas retenerlo en Londres, solicitó a dependencias de gobierno, administraciones y a la Iglesia Católica que abrieran sus archivos para realizar un listado oficial de los muertos y desaparecidos de la Guerra Civil y el franquismo, localizar las fosas comunes y devolver los cuerpos a los familiares que así lo soliciten.

En ningún momento el juez de la Audiencia Nacional ha manifestado la intención de buscar a los responsables y juzgarlos, principalmente porque los acusados, en su gran mayoría, ya han muerto. Los familiares de los desaparecidos, por su parte, lo único que desean es una reparación moral.

Entre los cuerpos que se ha ordenado exhumar se encuentra el del poeta granadino Federico García Lorca, quien fue fusilado por el bando Nacional en 1936. Su ejecución es un fiel reflejo de lo que significó aquella contienda: Lorca no sólo era odiado por su afinidad a la República, sino también por su crítica a la cerrada sociedad granadina y, por supuesto, por su homosexualismo. El poeta, uno de los más grandes que ha dado la literatura universal, fue apresado en casa de un falangista, amigo de la familia de Lorca. Fue conducido a dependencias judiciales, donde fue visto por última vez. Aquella noche lo condujeron, junto con dos banderilleros republicanos, a un descampado a las afueras de Granada donde fueron acribillados. Entre los asesinos se encontraba el terrateniente Juan Luís Trescastro, quien aquella mañana después de la ejecución, y muchos años después, se jactó de haberle metido “dos balas por el culo por maricón”.

Aunque en anteriores ocasiones la familia de Lorca se había negado a la exhumación del cuerpo, el cual no se sabe con exactitud su localización, ahora no está dispuesta a impedirlo, con el objetivo de conseguir la reparación moral de los demás fallecidos. Tan sólo en Granada se cree que existen fosas comunes con más de 2 mil 500 cuerpos.

Después de la solicitud del Juez Garzón, varios gobiernos locales y dependencias de gobierno estatales han decidido colaborar con cierta timidez. Por su parte, la Iglesia Católica, gran aliada de Francisco Franco durante su dictadura, asegura que sus archivos están abiertos, pero no harán nada por entregarlos. Si alguien los quiere, que vayan por ellos. En cuanto al derechista Partido Popular ha declarado que la orden del Juez sólo abre heridas que, a su consideración, deberían de permanecer cerradas. Es decir, olvidar.

La segunda noticia de primera plana, no sólo en España, sino en el mundo entero es la crisis económica. Todo comenzó hace varios meses con la quiebra de bancos en el Reino Unido. En las últimas semanas sonaron todas las alarmas con el anuncio de la quiebra del gigante financiero norteamericano Lehman Brothers. De inmediato todas las bolsas del mundo cayeron. Se habla de la peor crisis desde 1929, no obstante, existe una clara diferencia a los sucedido aquel año.

En 1929, aquellos empresarios que se vieron en la quiebra después de especular tantos años en la bolsa, se vieron indefensos, sin ninguna posibilidad de recuperación. Se supo de muchos que se suicidaron. Se volvió famosa aquellas escenas de empresarios tirándose por la ventana. Por el contrario, en esta ocasión, los grandes empresarios y los brokers que se han enriquecido con el trabajo de miles de persona que pusieron en sus manos sus ahorros, ahora exigen una indemnización por contrato al momento de que son despedidos por quiebra de la empresa.

Ante esta indemnización, pocas han sido las voces en los centros de poder que se han manifestado en contra. En pocas palabras, aceptan que el sistema liberal ha demostrado su peor cara o que sencillamente ha fracasado, pero que de alguna manera debe seguir siendo mantenido para no perder del todo la ‘confianza’, a pesar de las nacionalizaciones que ya se están llevando a cabo tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido y las cuales no han sido criticadas como otras llevadas a cabo en América Latina.

En pocas palabras, la movilización por parte de los gobiernos de Estados Unidos y de Europa ha sido masiva. Más que por salvar a los millones de trabajadores, que son los que mantienen el sistema bancario. Lo que se quiere salvar es el sistema en sí, que el capitalismo siga reinando, así sea con medidas llamadas socialistas o comunista y, en los últimos años, populistas.

Así, mientras unas pocas familias tan sólo buscan una reparación moral que les permita enterrar a sus familiares con dignidad, otros hacen lo imposible por salvar un sistema que ha sido indigno desde un principio y otros, todavía más indignos, exigen una indemnización que les permita seguir con su estilo de vida.

En fin, algunos mueren por ser coherente con lo que piensan y otros quieren seguir viviendo en su propia incoherencia.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Entre la cultura y la ignorancia

Se dice que México es un gran país. Que cuenta en su historia con culturas milenarias, que ha aportado al mundo importantes literatos, músicos y pintores, que las ciencias les están agradecidas por sus descubrimientos en ramas como la electrónica y medicina.

Sin embargo, me pregunto si verdaderamente somos un gran país, pues es cierto que nos importa preservar nuestro patrimonio cultural, que nos gusta difundir nuestra cultura, que la ciencia no nos es ajena desde hace más de cinco siglos. Pero por desgracia seguimos arrastrando un terrible atraso en lo que a materia educativa se refiere.

Los últimos resultados presentados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) asegura que México es el país que menos invierte en educación frente a los otros 30 integrantes del organismo. Mientras México sólo realiza una inversión promedio de 2 mil 405 dólares al año por alumno, el promedio de la OCDE es de 7 mil 527.

México también ocupa el último lugar en cuanto a egresados de la secundaria, sólo el 41 por ciento. Mientras que del nivel medio superior apenas han egresado el 39 por ciento de las personas entre los 25 y los 34 años.

En cuanto al nivel superior, México fue de los países que más han aumentado su inversión en ese nivel, un 13 por ciento. No obstante, sólo el 61 por ciento logra terminar sus estudios.

Otro aspecto que llama la atención es el incremento en la inversión por parte de la iniciativa privada en la educación, principalmente en nivel básico y universitario. El organismo alerta que esto contribuye a un atraso importante en la educación pública, mientras que la oferta de educación privada en México es una de las más caras de todos los integrantes de la OCDE*.

Todas estas cifras deberían ser causa de preocupación entre las autoridades y los responsables de la educación. Pero todavía debería ser más alarmante que México siga repitiendo el mismo último lugar cada vez que la OCDE realiza este estudio.

Poco antes de la presentación de estos resultados, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el cual es dirigido por su presidenta vitalicia Elba Esther Gordillo, quien ha sido acusada de diferentes delitos, se unieron para lanzar la Alianza por la Calidad de la Educación, la cual ha recibido diversas críticas, ya que se observa como un programa excluyente, pues no hubo un debate previo sobre la situación de la calidad educativa del país, sino que simplemente la SEP y el SNTE pactaron y organizaron el programa según sus criterios.

Ante este panorama, México, como siempre, vuelve a ser un país de contradicciones, cultura e ignorancia, y, como siempre, de apariencias. Tal vez llegará el día en que esa apariencia, esa máscara, caiga por completo y ahora sí nos demos cuenta de que sin educación no hay cultura y sin cultura no nos queda nada.
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* FUENTE: Periódico La Jornada. México, 10 de septiembre de 2008

jueves, 4 de septiembre de 2008

Obsesión educativa

Desde hace varios años tengo una obsesión y la última columna de la escritora Almudena Grandes en El País Semanal la volvió a despertar. En ella, Grandes relata cómo el pueblo de Rota, Cádiz, prefiere hacer una placa desagravio a la Inmaculada o convertir el Jesús Nazareno de la iglesia “el señor de Rota”, y no dedicar ningún tipo de reconocimiento a José Tirado Franco, ni a Jósé Garrido Moreno. ¿Qué quiénes fueron ellos? Dos vecinos de Rota que su profesión los condenó a muerte. Eran profesores. En la partida de defunción de Tirado Franco dice que la causa de la muerte fue “maestro de ideas avanzadas”. Por su parte, Garrido Moreno, se dedicaba a recorrer los pueblos para dar clase a los niños que no podían acercarse a la escuela de la ciudad.

Ahora acabo de leer otro artículo. Este publicado en el periódico El Tiempo de Colombia. En él hablan del profesor Luis Soriano Bohórquez, nacido en la ciudad de Santa Marta, Colombia. Licenciado en Español y Literatura. Un buen día Soriano quedó desempleado, pero su vocación no impidió que primero pusiera una biblioteca en su casa, la cual permanecía abierta de 2 a 5, después la gente debía tocar la puerta, pero siempre podía llevarse prestado un libro a cualquier hora.

Poco tiempo después, Soriano se dio cuenta que los niños de los pueblos más alejados y remotos, sabían los que era el trabajo, pero no tenían idea de cómo se agarraba un libro. Así que decidió que su biblioteca tendría ahora cuatro patas, pelo y comería hierba. Así nació el Biblioburro.

Después de varios años. Diversas ONG’s y medios de comunicación le han prestado su apoyo recolectando libros y consiguiendo dinero para construir la biblioteca entre la selva con la que siempre ha soñado el profesor Soriano, aunque está convencido de que nunca dejará de utilizar el Biblioburro para llevar el conocimiento a los lugares más remotos de su provincia.

Como dije desde el principio, estos ejemplos volvieron a despertar mi obsesión en el poco reconocimiento que reciben los profesores por la labor que realizan y en la importancia que tiene la educación en el desarrollo de la sociedad.

Aunque si bien es cierto, la educación en casa es vital para cualquier niño, los nuevos tiempos obligan a que la sociedad exija un sistema educativo que permita el pleno desarrollo mental y físico de cualquier niño y joven. Los primeros años son importantes para sentar las bases, los niveles medios para impulsar la vocación de cada joven y la universidad siempre debe ser Universidad, con su libertad de cátedra y de pensamiento.

Por su parte, los profesores deben contar con la preparación adecuada y los medios necesarios para cumplir con su misión. Pero si no cuentan con ellos, todo parece indicar que aquellos que tienen la vocación para la enseñanza, se lad arreglan para conseguirlo, tal y como nos lo demostraron los maestros Tirado, Garrido, Soriano y muchos otros anónimos que cambian al mundo en cada clase.

lunes, 1 de septiembre de 2008

El descubrimiento hecho poesía

Tierra de bendición clara y serena,
Tierra que pone fin a nuestra pena
Juan de Castellanos


Cuando los conquistadores salían de España hacia el Nuevo Mundo, la mayoría pensaba en aquellas tierras como simples productoras de preciados minerales, cuando arribaban a ellas pensaban que habían arribado a tierras salvajes, salvaje la selva, salvaje el indio, y había que luchar para conseguir la riqueza mineral, el fin único de tan largo viaje. Pero un día de 1539 arribó un joven de apena 17 años que llevaba por nombre Juan de Castellanos.

Cuando pisó tierra, después de meses en medio del mar, nunca imaginó que sería para quedarse hasta el fin de sus días, los cuales dedicó a la guerra, a la conquista, a la observación, a la reflexión y a la escritura. Todo al servicio de demostrar que las tierras recién descubiertas, las que hoy se llaman América, no eran simplemente fuente de riquezas, sino un lugar hermoso, habitado por gente distinta y, por lo tanto, interesante, además de cariñosa y amable.

Castellanos murió en 1607 siendo clérigo en la ciudad de Santiago de Tunja, Colombia, a los 85 años, algo extraño en aquellos tiempos de peste y viruela. El mundo lo olvidó. Como igualmente fueron olvidados los cuatro tomos que contenían los 113.600 versos endecasílabos agrupados en octavas reales con rima que llevan por nombre Elegías de varones ilustres de Indias, el poema más largo en lengua castellana.

Cuatro siglos más tarde el poeta colombiano William Ospina descubrió al personaje y su obra. Primero logró leer algunos pasajes del inmenso poema. Con aquello fue suficiente para enamorarse de la obra de Castellanos e incluso del mismo clérigo poeta, pues había descubierto, por fin, a un conquistador que miró a América con otros ojos. A la selva salvaje la vio como milagro de la naturaleza, a los indios guerreros a los que combatió les admiró su bravura y comprendió el porqué de la misma al ver cómo el mundo en el que vivían se hundía en medio de la codicia del conquistador español.

Ospina, intrigado por conocer completa la obra de Castellanos viajó a Madrid en busca de los poemas originales archivados en la Biblioteca Nacional de España. En una charla ofrecida en Barcelona, aseguró que por “desgracia los había encontrado intactos”. Dedicó varios años a la lectura, al estudio y el análisis de los poemas de Castellanos. Fue así como nació Las auroras de sangre, libro dedicado a presentar a Juan de Castellanos, a analizar su obra y a disfrutar de su poesía.

Lo más interesante desde el punto de vista literario es la utilización de una herramienta tan difícil como son las octavas reales para contar la historia de la conquista de los territorios que hoy ocupan Venezuela y Colombia. Además destaca por ser uno de los primeros escritores nacidos en la península Ibérica que utiliza sin ningún reparo las nuevas palabras que el continente descubierto aportó al español. Ospina asegura que este detalle lo convierte en un texto más rico y honesto. Incluso el autor llega a compararlo a favor sobre La araucana de Alonso de Ercilla, por considerarla más una obra para la corte que para el público en general.

Y por supuesto no podemos dejar de mencionar la prosa de William Ospina, quien nos sumerge en el mundo de Juan de Castellanos. Nos lleva de la mano entre los escenarios que pisó el conquistador, desde su Alanís natal hasta Santiago de Tunja, donde el antiguo conquistador reconvertido en clérigo dedicaba sus días y sus noches a escribir sus memorias en octavas reales hasta que la aurora de sangre le anunciaba un nuevo día.

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Gabriel García Márquez dedicó la siguiente frase a Las auroras de sangre de William Ospina: “Las auroras de sangre es un libro que está muy por encima de la literatura colombiana. Me costó trabajo adentrarme en su contenido por el asombro que me causa su prosa. Es una explosión. Con toda la sencillez del caso nos lleva por los versos de Juan de Castellanos, pero al mismo tiempo narra como si fuera un verso”.


Ospina, William. “Las auroras de sangre”. Editorial Bellacqua. Colección Documentos. Barcelona, 1999.

El diverso mundo de Fatih Akin

Antes era considerado un talentoso director de origen turco, hoy es reconocido como uno de los mejores directores alemanes de nuestro tiempo. Hace cuatro años sorprendió al mundo con su película Contra la pared (Gegen die Wand, 2004), después nos mostró otra cara de la capital de la cultura turca con su documental Cruzando el puente: los sonidos de Estambul (Crossing the Bridge: The Sound of Istanbul, 2005) y finalmente se consolidó con su último largometraje Al otro lado (Auf der anderen Seite, 2007).

Pero empecemos por el principio. Fatih Akin nació en el seno de una familia de inmigrantes turcos en 1973 en Hamburgo, Alemania. Desde 1994 combinó la actuación y la dirección de escena. Después de realizar algunos cortometrajes y actuar en algunas series de televisión, en el año 2002 estrena su primer largometraje, Solino, por el que recibe tres premios de la academia alemana de cine.

Fue en el 2004 cuando sorprendió a toda Europa con Contra la pared, la cual no sólo recibió los mayores elogios, sino que además gano 23 premios en distintos festivales, entre ellos el de mejor película europea del año, tanto en la categoría del premio del público como del jurado, así como el Oso de Oro de Berlín. La primera película alemana que lo ganaba en 17 años.

Contra la pared es la historia de la unión de dos soledades sin dejar de serlo, es la historia de un amor que no puede ser por la propia voluntad de los protagonistas, es la historia de la bipolaridad de nacer turco en Alemania y no conocer Turquía, es la historia de un fin y, por lo tanto, de un principio. Y todo contado de forma rápida, vertiginosa, apoyada en una banda sonora trepidante que daría más frutos un años más tarde.




Durante el rodaje de la película, Alexander Hacke, compositor de la música de Contra la pared, tuvo la oportunidad de conocer, y enamorarse, de Estambul y su música. De este flechazo nació el documental Cruzando el puente: los sonidos de Estambul, en el cual Hacke se dedica a recorrer la ciudad en busca de músicos callejeros, hip hoperos, kurdos que finalmente pueden cantar en su idioma, músicos tradicionales y estrellas de la balada y el pop turco. El documental no sólo permite conocer los diferentes tipos de música que se crea hoy en día en Estambul, sino que también nos presenta sus diferentes rostros, desde las barriadas, hasta los bares de lujo, desde los garages hasta los estudio de grabación.




Al otro lado, el último filme de Fatih Akin, más allá de repetir el éxito en festivales y entregas de premios, lo consolidó como uno de los mejores directores europeos. A diferencia de Contra la pared, donde el conflicto de la inmigración turca en Alemania se observa de lado, aquí es parte central de la historia, pero sin juicios o reproches. Además es una película mucho más lenta, aunque no deja de ser dura y a ratos contundente: la muerte de una madre turca en Alemania repercute en la muerte de una hija alemana en una barriada turca, todo unido por el fino hilo de la coincidencia.




En una entrevista concedida al El País Semanal, Akin afirmaba que sus dos últimos largometrajes de ficción hacen parte de una trilogía: el amor, la muerte y el mal. Del último tema todavía no hay argumento. Actualmente el director filma un nuevo documental sobre una de las barriadas más pobres de Estambul y del desalojo al que se enfrentan sus vecinos. Cuando termine, volverá a los estudios de su productora Corazón Internacional en la lujosa Hamburgo. Ahí continuará con la creación de esa nueva historia que seguramente nos mostrará esos mundos tan diferentes y a la vez unidos por el ingenio de Fatih Akin.