viernes, 10 de octubre de 2008

Cultura de temporada

Se acabó el verano y el verano en España es distinto. El calor aprieta, la gente se destapa, los negocios cierran y en el ambiente vuela un aroma a vacaciones con el que no se puede vivir en una oficina. Otro hábito veraniego es que los periódicos cambien su formato o incluyan un suplemento especial cada día. En el caso del El País lleva el nombre de Revista de Verano, el novísimo diario Público lo denominó Libre, el del catalán El Periódico simplemente se llama Verano.

Entre las características de estos suplementos destaca la carga de contenido cultural que presentan: reseñas de libros y exposiciones, críticas literarias, crónicas y columnas realizadas por plumas reconocidas, y en prácticamente todos se publican relatos, ya sea de escritores consolidados o jóvenes o de completos desconocidos.

Cada verano, a pesar del calor y de los ríos de turistas, comprar un periódico es todo un placer. Los diarios vuelven a ser lo que fueron en alguna época, no sólo un medio de comunicación dedicado a informar sobre hechos de actualidad, sino que también se convierten en una vía para que la cultura llegue a la calle.

Por desgracia, los directivos de los periódicos siguen considerando a los lectores unos idiotas en materia cultural. Aseguran que no incluyen más contenido cultural porque, en primer lugar, nadie lo lee y, en segundo, porque nadie lo patrocina. Y es cierto. Porque las secciones culturales en cualquier época del año suelen ser aburridas y tediosas y, por lo tanto, difíciles de ofrecer a aquellos que pudieran incluir un anuncio en ellas.

¿No sería conveniente eliminar este tipo de secciones culturales y transformarlas a un formato parecido al de los suplementos de verano? ¿No se conseguirían así más patrocinios y todos saldríamos ganando? Lo curioso es saber si estas interrogantes se las han realizado los jefes de los diarios. Y si es así, ¿por qué su respuesta ha sido negativa?

En el caso concreto de España todo hace suponer que desde los diarios se piensa que sólo en el verano se puede estar interesado en la cultura. Tal vez porque consideran que, al ser temporada vacacional, la gente tendrá más tiempo para dedicarse al ocio. Y es ahí donde encontramos un error: la cultura no es sólo ocio. Los lectores son inteligentes, pues siempre que exista una crónica, una reseña, una columna, un relato interesante o ameno, incluso una buena crítica literaria o una recomendación de un libro o exposición, siempre habrá unos ojos que buscarán un tiempo para leer.

Por ahora, la cultura seguirá siendo de temporada. Habrá que esperar todo un año para comenzar a recoger las letras de la cosecha del próximo verano.

1 comentario:

Ál dijo...

Yo todavia no tengo claro si los usuarios son estupidos o los editores o productores de programas de los medios masivos son... o si es una mezcla ominosa de ambos. Y es que no es solo cuestión de que no se de difusión a la cultura, es que parece que mientras a la gente le den sus reality shows tiene suficiente para sus ratos de ocio.